miércoles, 2 de julio de 2014

LAS FRUTAS DE VERANO



Llegada esta época del año, con el calor que ya tenemos y que debemos esperar, es importante que hidratemos y mantengamos a nuestros hijos bien nutridos. Por ello, y teniendo en cuenta que durante el resto del año no contamos con estas frutas, queremos haceros partícipes de todas las ventajas que tienen; ventajas que debemos aprovechar la familia al completo.



LA SANDÍA: es una de las frutas con más cantidad de agua, convirtiéndose en un potente hidratante e ideal para los pequeños que no beben suficiente líquido (dos tajadas de sandía equivalen a un vaso de agua). Contiene poco azúcar y muy baja cantidad calórica.  Es muy importante su alto contenido en vitamina C y A y en minerales como el potasio y magnesio que se encargan de regular nuestro organismo. EEs fuente importante de fibra, lo que ayuda a nuestro organismo a eliminar las sustancias tóxicas. Tiene una gran concentración de licopeno (responsable del color de la pulpa), potente antioxidante: Se cree que reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, así como enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Puede ser indigesta al tomarla como postre; se recomienda ofrecerla en el desayuno o merienda. Se puede introducir en la dieta de los bebés a partir de los 6 meses. Sin embargo, al ser una fruta demasiado dulce y por ser prácticamente agua, a nivel nutritivo se sugiere comenzar a ofrecer otras frutas a estas edades. 





EL MELÓN: destaca su contenido en potasio y magnesio. También tiene una gran concentración en beta-caroteno. Pero sobre todo es muy abundante la vitamina C y las vitaminas del grupo B, esenciales para mantener los tejidos menos envejecidos. Al igual que la sandía, el melón también es una fuente importante de fibra. El melón puede introducirse en la dieta del bebé a partir de los 6 meses. Sin embargo, al igual que sucede con la sandía, al ser frutas demasiado dulces no se debe abusar de ellas para no acostumbrar al bebé a sabores demasiado dulces desde el inicio de la alimentación. El melón puede tomarse igual que la sandía, en tajadas o en trozos dejando al bebé que absorba el jugo, o bien en forma                   de zumos





LA CIRUELA: fresca es una fruta de gran poder laxante gracias a su alto contenido en fibra y a otros componentes como el sorbitol que mejora el tránsito intestinal. Contiene vitamina A (esencial para la visión, la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y el sistema inmunológico). Tiene propiedades antioxidantes y antisépticas. Su contenido en hierro es adecuado para prevenir y combatir la anemia. Se puede introducir en la dieta de niños a partir de los 6 meses, ya sea triturada, en trozos o en zumo.





LA UVA: gran poder desintoxicante, rica en azúcares y vitaminas como ácido fólico y vitamina B6. Favorecen el buen estado de las arterias y el corazón, tienen efecto laxante y gracias a los hidratos de carbono que contiene constituye una fuente de energía natural. Se pueden tomar a partir de los 6 meses del bebé, pero sin piel ni pepitas, sólo la pulpa.




EL MELOCOTÓN: Es una fruta de intenso sabor y saciante, pero que sin embargo aporta pocos hidratos de carbono y calorías. Gracias a la fibra tiene propiedades laxantes por lo que está indicado en casos de estreñimiento en los niños. Es rico en minerales como el potasio. También podemos destacar su contenido en beta-caroteno como antioxidante. Puesto que es uno de los alimentos más alergénicos (por el tipo de piel que tiene), se recomienda introducirlo en la dieta a partir de los 12 meses, incluso algunos pediatras aconsejan retrasarlo hasta los 18 meses.   Ofrecer a trocitos o zumo-batido.




EL ALBARICOQUE: rico también en agua y pobre en hidratos de carbono y calorías. Destaca su aporte de potasio (con propiedades diuréticas),  su contenido en beta-carotenos (antioxidantes) y minerales involucrados en la formación de glóbulos rojos de la sangre. Los albaricoques frescos maduros son ricos en taninos, sustancias con propiedades astringentes, antiinflamatorias y antioxidantes. Está recomendado para estómagos delicados o digestiones pesadas. Por lo mismo que el melocotón, por la pelusilla de la piel que puede provocar alergias, se recomienda introducirlo en la dieta del bebé a partir de los 12 meses, incluso algunos pediatras lo aconsejan a los 18 meses.





LA CEREZA: rica en vitaminas A, B ,C y E, potasio y en menor proporción en magnesio y calcio. Tiene propiedades desintoxidantes y antiinflamatorias, laxantes, diuréticas y ayudan a combatir la anemia. Sus flavonoides y ácido elágico tienen potentes efectos antioxidantes y antisépticos. Según fuentes y pediatras, la edad de introducción de las cerezas en la alimentación varía desde los 6 hasta los 12 meses; por ello, recomendamos que sea cada pediatra quien decida la introducción de las cerezas en cada niño en particular.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios! Esto nos ayuda mejor a conocer vuestras inquietudes.