martes, 21 de octubre de 2014

LAS RUTINAS EN LA ALIMENTACIÓN


Aunque seamos los responsables del menú de vuestros hijos y parezca que este artículo no tenga nada que ver… queremos hablaros del valor de las rutinas, entre otras cosas, porque la alimentación de vuestros hijos se verá beneficiada tanto en cantidad como en calidad si mantenemos un hábito.
Está demostrado que las acciones que se repiten a diario aportan a los pequeños una seguridad, y que esta seguridad les ayuda a comprender mejor los cambios. Por ello los niños (y el resto de la familia) necesitan rutinas cotidianas, ya que aportan tranquilidad. Hay rutinas naturales o fisiológicas, como dormir por la noche o estar despiertos durante el día. El hambre y la saciedad también van cogiendo ritmo a medida que el bebé crece: no hablamos aquí de bebés, sino de niños cuya alimentación ya tiene incorporados los alimentos sólidos.
Las rutinas organizan el día y les ayudan a prever qué es lo que pasará a continuación. Por ello, os recomendamos a los adultos que respetéis las costumbres que los pequeños van adquiriendo y que instauréis pautas, las repitáis cada día, cada semana…
¿Por qué os hablamos de este tema aquí?
No podemos quejarnos de que nuestro hijo no come al llegar a casa después del cole o después del parque a media tarde si cuando nos pide comida fuera de "horario" le damos en todo momento galletitas o le compramos comida en la primera tienda que nos cruzamos. ¿Por qué no?
Nuestras razones son:
- cuando el niño nos pide comida a "deshoras", normalmente le callamos ofreciéndole galletas, pan o palitos… Los cuales, aparte de aportar calorías innecesarias, le provocarán saciedad que será la causante de que al llegar a casa el niño rechace desde el primer momento la comida o cena: las cuales seguro que iban a ser mucho más sanas y nutritivas que la "galletita" que nos ha ayudado a tenerlo callado.
- por otra parte, los niños, al igual que los adultos, tienen un estómago que debe descansar: no es sano ni recomendable que el estómago esté digiriendo sin parar, sin horarios.
Nuestro consejo:
Marcad de manera bien diferenciada las 5 comidas que debe comer vuestro hijo: 
Desayuno - almuerzo - comida - merienda - cena
Todas ellas deben estar espaciadas en el tiempo y en ellas debéis incluir alimentos sanos y nutritivos. En caso de que vuestro hijo tenga hambre fuera de esas tomas, nuestro consejo es que modifiquéis horarios y/o alimentación, pero no le deis comida "a deshoras" para que se calme: lo haréis por su bien 

Este artículo es un consejo, el cual no es más que eso: si el pediatra de vuestro hijo os aconseja algo diferente a lo que leéis aquí, no lo dudéis, él es el especialista de vuestro hijo y quien le conoce bien y personalmente.

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